Cada vez hay más y más dispositivos conectados, inteligentes o como se prefiera llamarlos. Esto tiene un impacto en la realidad del consumidor digital y, por extensión, en la forma que tenemos los comercios electrónicos de utilizar las estrategias y tácticas de marketing.
Si no entendemos esto estaremos perdiendo muchas oportunidades y fallando en la difusión de los mensajes.
¿Cuál es la penetración del Internet of Things actual?
Podemos pensar que no es tanto, pero basta con mirar a nuestro alrededor como usuarios y vemos que la realidad es que no hablamos del futuro si no del presente. Determinados estudios dicen que en 2015 existían unos 15.400 millones de objetos conectados, la proyección a 10 años dice que llegaremos a 75.400 al final de este periodo.
Gran parte de este impulso va a venir con el desarrollo de nuevas tecnologías de la mano de las redes 5G que, entre otras cosas como una mayor velocidad, van a favorecer las tarjetas de telefonía virtual SIM con un coste mucho más barato del modelo actual a la hora de llevar conexiones de datos a los distintos dispositivos no haciendo que sean dependientes de móviles o redes WIFI.
¿Qué tipo de dispositivos existen?
Vehículos, hogares conectados a través de la domótica, wereables, asistentes de voz… compartimos nuestra vida y ancho de banda con una enorme cantidad de dispositivos que son capaces de gestionarse de manera autónoma utilizando sus propias conexiones. Podríamos distinguirlo en grandes grupos:
- Movilidad: aquí encontramos aquellos que nos acompañan, ya sea en un vehículo, nuestra ropa o en el teléfono que llevamos siempre encima.
- Domótica: todos aquellos dispositivos que se encuentran vinculados a un espacio inmobiliario (domicilio, tienda, almacén u oficina) Esto incluiría desde equipos de sonido o iluminación a las televisiones o calderas.
Más allá de la categorización por su ubicación, podríamos segmentarlos a su vez, por el uso que se les da ya sea personal o profesional, de productividad o de ocio… hay muchas posibilidades distintas de categorizarlos y esto lo que hace, sin lugar a dudas, es que existan muchas más posibilidades a nivel estratégico.
¿Qué nos aporta el IOT?
Lo primero que quiero resaltar es que en combinación con el Big Data, el Internet de las cosas es una fuente de patrones de uso y consumo inabarcables. Podemos partir de una información más precisa de la que hemos tenido jamás a través de estudios de mercado. Son datos contrastados y medibles que están al margen de cualquier sesgo voluntario.
No estamos preguntando a cada persona cada cuanto tiempo compra cuchillas de afeitar o cuanto dedica a ver contenido de video ondemand (qué palataforma y qué contenido). Estamos obteniendo el patrón exacto, más allá de omisiones y confusiones voluntarias o no, gracias a los dispositivos que utiliza. Esto nos lleva a ser predictivos utilizando una base científica en nuestras acciones estratégicas y poder ofrecer una experiencia personalizada totalmente a medida.
Además, y aunque distinguíamos entre IOT estático y de movilidad, lo cierto es que añade una mayor complejidad al análisis. Hay que abordar al cliente desde la omnicanalidad y el omnidispositivo. La interacción del usuario con el negocio no es sólo a través de los diferentes canales online y retail, entramos en una nueva dimensión en la que interactúa dentro de un mismo canal desde diferentes dispositivos e interfaces.
Potencia el marketing local o de proximidad desde la conveniencia. La geolocalizaciónes una funcionalidad nativa básica en una gran parte este tipo de dispositivos equipados con IOT. La conectividad en movilidad añade ese patrón de uso asociado a la inmediatez. Promociones aplicadas en retail al entrar en tiendas o pasar ante ellas, retargeting offline de productos consultados online y tiendas inteligentes al estilo de la conocida como Amazon Go en la que toda la gestión se realiza a través de una aplicación sin colas ni intervención directa del personal para cobrar.
Productividad elevada a la máxima potencia. Por ejemplo gracias a los datos con los que podemos prever y gestionar, por ejemplo, el stock de forma prácticamente unificada y automatizada.
El cambio del paradigma
Con el IOT se está produciendo un cambio en el customerjourney. No en lo básico porque sigue teniendo la misma estructura y fases: conocimiento, consideración, compra, retención y recomendación, pero si es cierto que la interacción es diferente.
En el conocimiento se involucran los medios de captación que, en los dispositivos IOT, necesitan de otra estrategia. Los altavoces conectados, por ejemplo, ofrecen al usuario menos opciones para descubrir (igual que para comparar).
En el caso de otro de dispositivo, el usuario puede llegar a ser “cautivo” de la marca lo que favorece la recurrencia, es decir, si un determinado producto requiere de consumibles y los encarga de manera semi-automática (siempre requiriendo de la aprobación del cliente) de este modo la retención es más sencilla.
Como ves la entrada de los dispositivos conectados a Internet abre nuevos horizontes que merece la pena ir explorando.